La muerte
es el término de la vida a causa de la imposibilidad orgánica de sostener el
proceso homeostático. Se trata del final del organismo vivo que se había creado
a partir de un nacimiento.
Existen
distintos tipos de muerte. Así, en primer lugar, podríamos hablar de la llamada
muerte natural que, como su propio nombre indica, es aquella que
se produce a consecuencia de la vejez que tiene la persona en cuestión.
Pero, por
otro lado, está la llamada muerte violenta que
es aquella que experimenta alguien a raíz bien de un traumatismo contundente y
de forma fortuita o bien como consecuencia de que otro individuo ha decidido acabar
con su vida. Así, alguien muere de muerte violenta cuando es víctima de un
asesino u homicida.
El concepto
de muerte, de todas maneras, ha variado a lo largo de la historia. En la
antigüedad se consideraba que la muerte, como evento, tenía lugar cuando el
corazón dejaba de latir y el ser vivo ya no respiraba. Con el avance de la
ciencia, la muerte pasó a entenderse como un proceso que, a partir de un cierto
momento, se vuelve irreversible.
En la
actualidad, una persona puede haber dejado de respirar por sus propios medios
y, sin embargo, seguir con vida a través de un respirador artificial Por otra
parte, puede hablarse de muerte cerebral para hacer referencia al cese completo
e irreversible de la actividad cerebral.
Más allá de
la biología, existe una concepción social y religiosa sobre la muerte. Se suele
considerar a la muerte como la separación del cuerpo y el alma. Por lo tanto,
la muerte implicaría el final de la vida física pero no de la existencia. La
creencia en la reencarnación también es bastante común.
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